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Puede parecer que los niños están absortos en sus juegos por computadora o pegados al televisor, pero siempre están escuchando. Quizá no oigan cuando usted los despierta para ir a la escuela, limpiar el cuarto o bajar a cenar, pero siempre están escuchando.

madre y hija

Es normal que usted quiera protegerlos de las angustias y las preocupaciones. Quizá note que ocultarles a sus hijos la noticia del diagnóstico de cáncer es más difícil de lo que creía. Si no reciben la información exacta, a menudo sacan sus propias conclusiones sobre lo que oyen y ven.

La comunicación temprana con sus hijos sobre el diagnóstico y el tratamiento es esencial, sobre todo porque le permite asumir el control de lo que se comunica y de qué forma se hace. Un enfoque de comunicación franco y previsivo creará un entorno seguro para el diálogo sobre lo que les sucede a usted y a su familia.

Lo más importante es ser sincero cuando hable con sus hijos sobre el diagnóstico. No dude en hablarles de la angustia o la tristeza que siente al respecto, pero también comparta las esperanzas que tiene de que va a mejorar. Si el tema de la muerte sale a flote, tranquilícelos. Dígales que usted está buscando tratamiento para el cáncer y haciendo todo lo posible por mejorarse.

Además, reconozca que los niños de diferentes edades tienen capacidades distintas para entender qué pasa desde el punto de vista médico. Por lo tanto, adapte de la manera adecuada lo que comunica. Es posible que los niños más pequeños solo necesiten información sobre los cambios que ven, por ejemplo, los cambios físicos, como la caída del pelo, o los cambios en sus costumbres, como tener que ir de la escuela a casa con un amigo debido al horario de tratamiento de usted. Los niños más grandes pueden necesitar más detalles. Independientemente de la edad, no olvide que la información debe ser sencilla y en palabras comprensibles para su edad.

Por último, compruebe con regularidad cómo se sienten. No tema preguntarles qué saben acerca del cáncer para refutar los mitos, por ejemplo, el temor de que su enfermedad sea contagiosa. Invítelos a hacer preguntas y a expresar sus temores y preocupaciones. Reserve un rato cada semana para pasar tiempo juntos y averiguar cómo están. Pida a otras personas de su círculo de apoyo (como parientes cercanos, amigos o maestros de confianza) que estén a disposición de sus hijos.

Tomar medidas para comunicarse de estas maneras les servirá a los niños para saber que se les toma en cuenta y que participan en su recuperación. La información les da la posibilidad de expresarse y contribuye a reducir la ansiedad. También puede darle a usted una mayor sensación de autonomía.

Tome las riendas de la comunicación y recuerde que los niños siempre están escuchando.

Si desea ayuda para encontrar la mejor manera de comunicarles la noticia a sus hijos, llame a la oficina de Trabajo Social al (813) 745-8407 y diga que desea hablar con un trabajador social. Contamos con muchos recursos para ayudar a los pacientes a comunicarse acerca del cáncer en la familia.

Esta historia se publicó originalmente en el boletín informativo ENLACES. Visite Moffitt.org/Enlaces para leer más historias y más información.