A medida que se enfrenta al cáncer y a su tratamiento, usted debe mantener conversaciones francas y sinceras con el médico. Debe sentirse en libertad de preguntar cualquier duda que le cruce por la cabeza, sin importar qué tan pequeña sea.

Esta es una lista de algunas de las preguntas que puede hacer:

¿Podría escribir el tipo exacto de cáncer que tengo?
¿Con qué opciones de tratamiento cuento?
¿Qué me recomienda? ¿Por qué?
¿Qué se pretende conseguir con este tratamiento?
¿Qué riesgos o efectos secundarios debo prever?
¿Podré tener hijos después del tratamiento?
¿Se me caerá el pelo? Si así es, ¿qué puedo hacer al respecto?
¿Qué probabilidad existe de que el cáncer regrese con el tratamiento del que hemos hablado?
¿Cómo debo prepararme para el tratamiento?
¿Debo consumir una alimentación especial?
Según el cáncer que tengo, ¿cuáles considera usted que sean mis probabilidades de supervivencia?

Las siguientes son preguntas que el profesional de la salud o el equipo encargado de su tratamiento podrían hacerle:

¿Qué es lo que le preocupa más hoy? ¿Hay algún asunto de tipo emocional que podamos abordar en la cita? ¿Qué preguntas tiene para el equipo que le atiende?
¿Qué síntomas tiene? ¿Cuándo comenzaron? ¿Son nuevos? ¿Tiene dolor hoy?
¿Qué preguntas tiene acerca del tratamiento, de las pruebas de diagnóstico por la imagen o de los análisis clínicos? ¿Está interesado(a) en un ensayo clínico?
¿Ha habido cambios en sus antecedentes médicos o en los medicamentos que toma? ¿Necesita renovar alguna receta?

Fuente: Sociedad Americana del Cáncer

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