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Muchas personas con mesotelioma maligno han trabajado o vivido en lugares en donde han inhalado o ingerido asbesto. Después de la exposición al asbesto, generalmente pasa mucho tiempo antes de que el mesotelioma maligno se presente. Como el asbesto es muy resistente al fuego, se usaba en muchos lugares, especialmente en barcos (en particular, en naves de la armada), en construcción (alrededor de tuberías y en los tejados) y en las almohadillas de freno de los automóviles. El asbesto se encuentra en estado libre en la naturaleza solo en unos pocos lugares del mundo, particularmente en la región central de Turquía y en el occidente de Australia. Cerca del 90 % de las personas que contraen mesotelioma pueden determinar dónde estuvieron expuestas al asbesto. No todas las personas pueden hacerlo.

¿Cuáles son los síntomas del mesotelioma? 

Entre los posibles signos del mesotelioma maligno se cuentan la dificultad para respirar y el dolor debajo de la caja torácica.

A veces el cáncer causa acumulación de líquido alrededor del pulmón o en el abdomen, que puede causar dificultad para respirar o hinchazón abdominal. Sin embargo, estos síntomas no indican necesariamente la presencia de mesotelioma, ya que otras enfermedades también pueden causarlos. Otros síntomas son fiebre, sudor copioso o adelgazamiento. 

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Diagnóstico 

La única forma de saber con seguridad si una persona tiene mesotelioma es realizar una biopsia o una aspiración del líquido acumulado.
Se pueden realizar otras pruebas para examinar el interior del tórax y el abdomen a fin de evaluar la extensión (estadio) del mesotelioma maligno. Además, a veces es difícil diferenciar el mesotelioma maligno de otras enfermedades benignas. Puede que se realicen las siguientes pruebas y técnicas:

  • Tomografía computarizada (TC) del tórax o del abdomen y la pelvis: En esta técnica radiográfica el paciente recibe un medio de contraste por vía oral o intravenosa y luego se obtienen muchas imágenes del cuerpo con rayos X. 
  • Análisis de sangre: Algunos análisis de sangre pueden servir para determinar la gravedad del mesotelioma y de las enfermedades que estén presentes al mismo tiempo. La mesotelina sérica puede servir a veces para controlar la respuesta al tratamiento. 
  • Biopsia: Extracción de células o tejidos de la pleura para que un anatomopatólogo los examine al microscopio en busca de indicios de cáncer.
  • Resonancia magnética (MRI): Prueba en la que se obtienen imágenes de órganos internos mediante ondas magnéticas. El paciente debe estar acostado e inmóvil en una mesa de examen durante la obtención de las imágenes, que dura unos 30 minutos. La prueba sirve para ver qué tan extenso es el mesotelioma cerca del diafragma. 
  • Tomografía por emisión de positrones (PET): Prueba en la que se obtienen imágenes de órganos en los que el cáncer está activo. Se usa para determinar cuáles de las zonas anormales de la tomografía computarizada están afectadas por el cáncer y cuáles no. La mayor parte del mesotelioma activo se puede observar en una tomografía por emisión de positrones.